Actualmente todos, me atrevería a decir que absolutamente todos los estudiantes próximos a egresar y los recién egresados quieren ser sus propios jefes, ser gerentes, o como ahora les dicen “CEOs” de su propia empresa, sé que este puede ser un comentario de una persona de 60+ años, pero no, soy de la generación de los millennials y yo era así hace algunos meses, creía que al tener mi propia empresa nadie me iba a parar.
Lo cierto es que lo hice, con algunos compañeros quisimos comernos el mundo por ser “emprendedores”, el mayor problema no es pensar el nombre de la empresa o decidir cuánto se va a ganar, el mayor problema es la ignorancia y la falta de apoyo, no hablo solamente de apoyo económico sino de apoyo intelectual. En enero (el mes que emprendimos) nadie nos supo decir cómo se podía generar una compañía, cómo funcionaba el mundo de los impuestos ni otras cosas que todos deberían saber.
Deben estar pensando: “para eso existen los abogados y los contadores”, pero seamos francos, cuando dispones de $30 en tu bolsillo en lo último que piensas es en contratar a alguien, por eso, el inicio debería tener facilidades.
A qué me refiero con facilidades del inicio; tomando en cuenta que no se tiene nada de dinero cuando se quiere iniciar una empresa, las organizaciones, estatales o no, deberían tener designadas a personas para apoyar a nuevas iniciativas.
Algunas empresas han sido impulsadas, lo sé, pero si se ponen a ver, aquí, necesitas o ya sea tener la idea de construir brazos robóticos, o debes ser de algún pueblo aledaño a la ciudad y hacer notar tu necesidad por tener tu negocio.
A lo que quiero llegar es que a nosotros, los que queremos simplemente emprender en nuestro área de trabajo, no se nos abren puertas muy fácilmente, reitero que no hablo del famosísimo “capital semilla” sino de un apoyo en cuanto a qué se debe hacer y qué no.
Hablé con algunos amigos emprendedores para ver si su opinión concordaba con la mía, al preguntar a dos de ellos, los cuales estaban en un lugar para emprendedores llamado Coworking ONE, me dijeron “claro Pablo” refiriéndose a que opinaban lo mismo “pero así es la vida del emprendedor” ese sentimiento de resignación es lo que me preocupó más.
¿Cómo es posible que de todas las personas que emprenden en la ciudad nadie haga nada para que estos tengan más triunfos que fracasos?
Conversé con seis personas y todas me dijeron que ninguna recibió apoyo por parte de nadie para hacer sus emprendimientos. Esta nota va dirigida a todas esas organizaciones que dicen ser “de la gente” o que dicen estar “con la gente, siempre”, cuando al final es todo político y a las personas que tienen ideas de emprendimientos que no les den votos en un futuro no los apoyarán.
El dato de que 6 personas que ahora tienen emprendimientos sólidos no hayan recibido nada de ayuda por parte de instituciones solo habla bien de ellos, y en gente así es en quienes los nuevos emprendedores nos hemos apoyado; es tanto así que una de ellas, Andrea Calle, ha hecho de su emprendimiento, en parte, ayuda sin fines de lucro para emprendimientos que quieran surgir y quedarse en este mundo, su empresa se llama IMAKINA, la cual busca generar diferentes emprendimientos por medio de asesoría sin costo y charlas sobre manejo de proyectos.
Estoy cerrando esta nota con esta pequeña noticia ya que es lo que nosotros, los que hemos emprendido sin saber de nada, necesitamos y a los medios locales poco parece importarles, sólo se pueden encontrar 2 notas que ayudan a difundir este proyecto del que ella solo se beneficia por ayudar a la gente.
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